Durante su viaje por el sur de España, Kinga y Mateo me contactaron para tomar unas fotos. Fue una sesión de pareja hermosa, muy natural y espontánea. Yo me mostré casi invisible, dándoles ese espacio de libertad para que se sintieran cómodos. Fue muy sencillo y dinámico, sin poses, simplemente ellos fluían con su juego y su conexión. Puede percibirse su autenticidad, felicidad y amor. Así, disfrutamos de un espectacular atardecer y por supuesto, inmortalizamos ese momento único.